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domingo, 24 de agosto de 2025

Rayos gamma, quásares y bolas de cañón: cerramos por todo lo alto con Álvaro de Rújula.


 La última charla del día -y casi de de toda la experiencia- ha sido un verdadero lujo: el físico Álvaro de Rújula, uno de los teóricos más influyentes del CERN, nos ofreció una ponencia brillante, crítica y llena de historia sobre uno de los mayores enigmas del cosmos: las ráfagas de rayos gamma (GRBs).

Con una trayectoria académica que incluye trabajos fundacionales en el CERN, colaboraciones con Weinberg y Glashow y una defensa apasionada de la física más allá de lo convencional, De Rújula nos habló sin filtros sobre ciencia, modelos... y dogmas.

Abordó los quásares y microquásares, los GRBs, y el desconcierto que aún generan. Nos recordó que los modelos actuales no explican del todo bien estos eventos extremos, y nos presentó su propia hipótesis alternativa: el modelo de las bolas de cañón, donde la relatividad y el espectro energético cobran protagonismo.

También reflexionó sobre la sociología de la ciencia, el pensamiento crítico y la necesidad de abrir espacio a nuevas ideas. Con ironía y rigor, comparó la resistencia de la comunidad científica con el juicio de Galileo ante al Papa, recordándonos que la ciencia debe avanzar cuestionando, no repitiendo.

Terminó conectando con la actualidad: la necesidad de combinar observaciones en luz visible y ondas gravitacionales, y la importancia histórica de experimentos como el de Victor Hess, que abrió el camino a la astrofísica de partículas.

Una charla con historia, física y valentía intelectual. Un cierre a la altura de una semana inolvidable.

El futuro de los aceleradores: ciencia, estrategia y visión a largo plazo.

 



La segunda charla de la última jornada nos la ofreció Isabel Béjar Alonso, física del CERN y referente en ingeniería de grandes aceleradores. Ya la conocíamos, pero esta vez nos llevó más allá: al futuro de la física de partículas... y todo lo que implica hacerlo posible.

Isabel nos hizo mirar atrás para entender cómo hemos llegado hasta aquí, desde los primeros modelos del LHC en los años 80 hasta los planes actuales del HL-LHC y los estudios de viabilidad el Future Circular Collider (FCC), un nuevo acelerador de 100 km que podría redefinir los límites del conocimiento.

Pero también nos mostró la parte menos visible: el papel fundamental de la política, la economía y la estrategia científica. Nos habló del esfuerzo de décadas que supone un proyecto así, de cómo hay que convencer a gobiernos, planificar a 30 años vista, y coordinar a miles de personas en decenas de países.

Nos explicó las diferencias entre estrategias como la estadounidense (P5) o la europea (ESPP), y cómo el liderazgo internacional entre Europa y China marcará el rumbo de los próximos grandes descubrimientos.

Una charla que nos recordó que la ciencia no es solo física: es también gestión, comunicación, diplomacia y una apuesta colectiva por el conocimiento a largo plazo.

Vale, muy bonito pero...¿y ahora qué?

 



Así arrancó la charla final de nuestro coordinador Paco Barradas en esta última jornada de viernes en el CERN. Una intervención directa, cercana y llena de motivación que nos animó a dar el paso: transformar lo aprendido aquí en oportunidades reales de aprendizaje para nuestro alumnado.

Reflexionamos sobre si se puede -y si se debe- enseñar física de partículas en secundaria. La respuesta fue clara: sí. No se trata de añadir más contenidos, sino de reinterpretar el currículo con creatividad, rigor y sentido cultural, mostrando a nuestro alumnado que la ciencia sigue viva... y que ellos pueden ser parte de ella.

Hablamos de recursos concretos: desde usar detectores caseros o trabajar con datos reales del CERN, hasta adaptar la programación con actividades de modelización, datos, historia y ficción científica. Porque enseñar ciencia no es solo transmitir conceptos, sino despertar preguntas.

Una charla llena de referencias, ideas aplicables y, sobre todo, una consigna clara: no necesitamos explicar todo, pero sí contagiar el asombro. Salimos con la cabeza llena de proyectos... y con muchas ganas de empezar.

Taller MiniPIX II: de los datos a la comprensión.


La jornada del jueves terminó con el último taller dedicado al MiniPIX EDU, este detector de partículas que nos ha acompañado durante varios días... y que hoy hemos explorado desde una nueva perspectiva: la del análisis de datos.

Aprendimos a manejar los frames de detección, a interpretar las trazas captadas por el sensor y a visualizar la información que nos permite entender qué tipo de partículas han pasado y cómo lo han hecho.

Dimos también nuestros primeros pasos en el uso de lenguajes de programación aplicados a la física, para convertir esos datos en representaciones visuales que nos ayuden a leer lo invisible.

Porque detrás de cada píxel, cada curva, cada traza... hay un fragmento de física real, que ahora somos un poco más capaces de interpretar.

Una herramienta potente, accesible y llena de posibilidades para acercar la física de partículas al aula con rigor y creatividad.

CMS: al corazón del detector, 100 metros bajo tierra











 La tarde del jueves comenzó con una de las experiencias más impresionantes de la semana: descender al subsuelo para visitar CMS, uno de los dos grandes detectores del LHC, ubicado a casi 100 metros de profundidad bajo la localidad de Cessy, en Francia.

Tras pasar rigurosas medidas de seguridad-necesarias por la posible presencia de campo magnético residual y por el acceso a zona controlada-, accedimos al pozo que conecta con este coloso tecnológico. Aunque el detector estaba en funcionamiento (y por tanto no visible directamente), su escala monumental es impactante: más de 21 metros de largo, 15 de diámetro y unas 14.000 toneladas de tecnología.

En CMS se llevan a cabo algunos de los experimentos de la física moderna, como:

  • La detección del bosón de Higgs (junto a ATLAS) en 2012.
  • Búsquedas de física más allá del Modelo Estándar (supersimetría, dimensiones extra...)
  • Estudio de materia oscura, colisiones protón-protón e iones pesados.
Lo más impresionante es pensar que, allí abajo, miles de millones de colisiones por segundo están generando datos que pueden cambiar nuestra forma de entender el universo.
Una visita que nos ha hecho sentir literalmente dentro del experimento... y aún más cerca de la ciencia que lo hace posible.

Huellas de las partículas en CMS:

  • fotón: recta y corta
  • neutrón: recta y más larga
  • electrón: curvada y corta
  • protón: curvada y más larga
  • muón: curvada y más larga de todas.

Ondas gravitacionales: los sonidos del silencio.



Después de las visitas de la mañana, terminamos el día con una charla inolvidable del coordinador Pablo García Abia, titulada "Ondas gravitacionales: los sonidos del silencio". Una sesión que nos llevó a explorar algunos de los misterios más profundos del universo desde el marco de la relatividad general.

Hablamos del espacio tiempo como una entidad flexible, capaz de curarse y expandirse. Del principio de invarianza, de cómo el universo no se expande "dentro de algo", sino que el propio espacio se estira, arrastrando consigo galaxias, luz... y preguntas.

Exploramos el papel de los agujeros negros, las ondas gravitacionales como vibraciones del espacio mismo, la famosa tensión de Hubble (¿el universo se expande más rápido de lo que pensábamos?) y la extraña presencia de materia oscura y energía oscura, componentes dominantes del cosmos... de los que aún sabemos muy poco.

Finalizamos con una sesión de preguntas abiertas junto a Luis Roberto Flores Castillo, en la que reflexionamos sobre el futuro de la física y aclaramos dudas sobre temas como el descubrimiento del bosón de Higgs, la naturaleza de las simetrías o los límites de nuestro conocimiento actual. Preguntamos sobre los agujeros de gusano, multiversos, agujeros blancos, interacción Gibbs-Gibbs. 

Una charla que, más que respuestas, nos dejó con nuevas ganas de seguir preguntando. Un libro recomendado "Agujeros blancos" de Carlo Rovelli.

Data Centre del CERN: donde los datos se convierten en descubrimientos.







La segunda visita de la mañana del jueves nos llevó al Data Centre del CERN, el lugar donde toda la información recogida por los detectores se almacena, procesa y distribuye para su análisis. Es aquí donde la ciencia se transforma en conocimiento.

En este espacio imponente se gestionan más de 200 petabytes de datos: una cantidad difícil de imaginar, equivalente a millones de películas en HD. Vimos el hardware físico, las enormes filas de servidores y los sitemas redundantes que garantizas que los datos más delicados del universo estén siempre a salvo.

Este centro es el corazón del Tier-0 de la Worldside LHC Computing Grid, que reparte los datos por más de 170 centros en 42 países. Desde aquí, los resultados de las colisiones del LHC viajan al mundo en milisegundos para ser analizados por miles de científicos.

Uno de los aspectos más llamativos fue conocer los sistemas de refrigeración que permiten mantener la temperatura estable: el centro consume energía equivalente a la de una pequeña ciudad y sus sistema de aire forzado y refrigeración líquida es una auténtica obra de ingeniería.

También hablamos sobre el futuro: nuevas infraestructuras, uso de inteligencia artificial para el tratamiento de datos y el reto de almacenar y procesar aún mas información con el High-Luminosity LHC y, en el horizonte, el Future Circular Collider (FCC).

Una visita que nos hizo pensar que la física de partículas no es solo teoría y aceleradores: también es datos, redes y servidores al servicio de la curiosidad humana.


Antimateria a pocos metros: cuando lo invisible se vuelve real.











La jornada del jueves comenzó de forma inesperada y absolutamente inolvidable: entramos en la Fábrica de Antimateria del CERN , uno de los lugares más restringidos y fascinantes de todo el complejo.

Contra todo pronóstico, pudimos acceder al interior de este espacio donde se producen, aíslan y estudian antipartículas a partir del Antiproton Decelator (AD). Allí se generan antiprotones, se frenan en el sistema ELENA y se emplean en experimentos pioneros sobre física fundamental.

Entre los proyectos más importantes destacan:

ALPHA: estudio del antihidrógeno, comparando sus propiedades con las del hidrógeno para buscar asimetrías en el universo.

AEgIS y GBAR: diseñados para comprobar si la antimateria responde igual que la materia a la gravedad.

BASE: que mide con una precisión extrema la relación carga-masa del antiprotón.

El nivel de seguridad del recinto es máximo: control de accesos, vigilancia radiológica, zonas aisladas y un silencio técnico que nos recordaba que estábamos en el epicentro de la investigación más delicada y vanguardista del mundo.

Ha sido, sin duda, una de las visitas más impresionantes de toda la semana. Ver tan cerca los lugares donde se manipula antimateria (esa "hermana invisible" de la materia) es una experiencia que te cambia la perspectiva sobre la ciencia... y sobre lo que aún nos queda por descubrir.

Discover Geneva: ciencia, cultura y fondue.












 La jornada del miércoles por la tarde nos llevó fuera del CERN para vivir una experiencia diferente: la Discover Geneva Treasure Hunt, una actividad turística por equipos que nos permitió recorrer los lugares más emblemáticos de la ciudad de una forma divertida y colaborativa.

Siguiendo pistas y resolviendo acertijos, fuimos descubriendo rincones llenos de historia. Una parada importante, el busto de Jean Piaget, psicólogo suizo que revolucionó la educación científica con su teoría del desarrollo cognitivo. Después pasamos por el imponente Muro de los Reformadores, donde se recuerda el papel central de Ginebra en la Reforma protestante y su legado humanista.

La ruta nos llevó hasta el icónico Jet d'Eau, el gran chorro de agua de 140 metros que brota del Lago Leman, símbolo de la ciudad y de su fusión entre naturaleza y modernidad. Frente al lago, los Alpes al fondo nos recordaban que aquí la ciencia convive con paisajes que inspiran.

Y para terminar... una cena oficial con uno de los platos más representativos de la gastronomía suiza: la fondue de queso. Conversaciones, brindis y mucho entusiasmo tras un día completo que unió ciencia, cultura y compañerismo.

Antimateria: explorando lo que no existe...casi.




Se cierra la jornada con una charla excepcional de Alberto Jesús Uribe Jiménez, investigador postdoctoral en la colaboración ALPHA del CERN, quien nos ha guiado en un viaje que cuestiona nuestra idea misma de la materia.

Comenzó con una explicación clara y progresiva: desde el concepto básico de materia hasta una visión compleja que integra relatividad y mecánica cuántica. Nos explicó qué es la antimatieria y planteó una pregunda fundamental: ¿por qué no forma átomos como la materia física que nos rodea?

Luego, nos contó cómo funciona la fábrica de antimateria del CERN, utilizando el Antiproton Decelerator (AD) y el sistema ELENA para ralentizar antipartículas y generar átomos de antihidrógeno controlados. Estas partículas se encierran en trampas magnéticas y se estudian con espectroscopía de alta precisión.
Alberto también nos introdujo a los objetivos del experimento ALPHA: comparar las propiedades del hidrógeno y el antihidrógeno, probar la simetría CPT (simultáneamente invierte la carga C, invierte la orientación del espacio o paridad P e invierte la dirección del tiempo T) y estudiar si la antimateria "cae" igual que la materia bajo la gravedad. 

Una charla que mezcla física fundamental y filosofía de la ciencia, porque entender lo que no vemos nos hace cuestionar lo que creemos saber.
 

Coloquio: sus vidas en el CERN.

 

La tercera actividad de la mañana del 30 de julio fue un encuentro muy especial. Un coloquio abierto entre el profesorado participante en el programa y un grupo de investigadores del CERN (entre ellos Sergi Rodríguez, Paula Desirée, Sara Morales, Umberto, Arely y Carla) procedentes de España y México, que nos han regalado su tiempo, su historia y su honestidad.

Hablamos de física, sí... pero sobre todo hablamos de personas que hacen ciencia. De cómo llegaron hasta aquí tras años de esfuerzo, doctorados, estancias, becas y mucho trabajo. De la constancia que exige esta carrera, del papel que jugaron sus profes de instituto, de las veces que pensaron en rendirse y de las que decidieron seguir.

Nos contaron lo difícil que es, a veces, conseguir financiación. Que el síndrome del impostor también aparece en el CERN, y que no siempre se gana. Pero también nos hablaron de la alegría profunda que produce entender algo nuevo, de la emoción de compartirlo con otros, y del privilegio de contribuir, desde sus especialidades, al conocimiento colectivo.

Un coloquio lleno de humanidad, reflexión y vocación. Porque detrás de cada experimento hay personas reales que un día también se sentaron en un aula , como nuestro alumnado hoy.

Paula Desirée se ha ofrecido a participar en encuentros en el aula con nuestro alumnado telemáticamente. Tiene una cuenta de Instagram (pauladesire) donde cuenta su experiencia en el CERN. (pdesirev@cern.ch)

Sara Morales también tiene una cuenta en Instagram (saritamvigo).

¡ESTAMOS EN CONTACTO, CHICAS!

sábado, 23 de agosto de 2025

De Algeciras al CERN: cómo se acelera la ciencia.








Hemos tenido el privilegio de asistir a una charla impartida por Sara Morales Vigo, ingeniera del CERN nacida en Algeciras y formada en la Universidad de Sevilla. Su trayectoria es, en sí misma, un ejemplo de cómo el talento y la pasión por la ciencia pueden llevarte al corazón de la física mundial.

Con ella hemos aprendido cómo funcionan los aceleradores de partículas: desde los antiguos sistemas de aceleración electrostática hasta los modernos sincrotrones y cavidades de radiofrecuencia que permiten alcanzar energías altísimas. También nos explicó cómo se guía el haz con imanes y cómo se focaliza con cuadrupolos, en un delicado equilibrio entre precisión e ingeniería extrema.

Hemos descubierto que hay más de 30.000 aceleradores en el mundo, la mayoría dedicados a usos médicos e industriales, como la protonterapia, una técnica prometedora contra el cáncer.

Y terminamos con una mirada al futuro: el ambicioso proyecto del Future Circular Collider (FCC), un colisionador de 90 km que podría ampliar aún más nuestro conocimiento del universo.

Ciencia, tecnología, salud, cooperación... todo se cruza en la historia de los aceleradores. Una charla que, sin duda, nos ha acelerado las ideas.