lunes, 28 de enero de 2013
EL PODER APLASTANTE DE LA ATMÓSFERA
Necesitamos una lata de refresco vacía a la que añadimos un poco de agua (20 ml). Calentamos el conjunto en placa calefactora o directamente a la llama. Cuando se aprecie que empieza la ebullición del agua, cogemos la lata con un guante ignífugo y rápidamente la invertimos y ponemos en contacto con agua fría. La lata se arrugará con una fuerza invisible. El fenómeno se explica con la ayuda de la teoría cinética de los gases: el recipiente a alta temperatura está sometido a alta presión, cuando disminuye la temperatura, disminuye la presión en el interior del recipiente y parte del vapor condensa; la presión es menor que la exterior (atmosférica) y su fuerza es capaz de deformar la lata.
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