Este año 2011 celebramos el Año Internacional de la Química, para tener presentes los logros de la Química y su contribución al bienestar de la Humanidad. Se ha elegido este año porque coincide con el centenario de la concesión a Marie Curie de su 2º Premio Nobel. Se está reconociendo así la contribución de la mujer a la Ciencia ya que Marie Curie fue la primera persona en recibir dos premios Nobel en dos disciplinas distintas.
En esta ocasión y para esta publicación de carácter divulgativo y de entretenimiento parece lógico que se deba empezar con una definición clara y contundente de lo que es esta ciencia y con una demostración de la importancia de la Química en nuestras vidas y en el mundo actual. Sin embargo, para nosotros, que somos químicos, resulta complicado definir de forma breve lo que es la Química, precisamente por su extensión e importancia.
Podríamos comenzar definiendo la Química como una ciencia que estudia la composición, estructura y propiedades de las sustancias y muy especialmente, la transformación de unas sustancias en otras. Esta es una buena definición, porque es breve y engloba aspectos fundamentales de la Química, pero no puede considerarse clara porque para poder entenderla en profundidad deberíamos tener unos conocimientos más profundos, diríamos que a nivel de 2º de Bachillerato.
Para definir la Química resulta también imprescindible hablar de su importancia y de cómo influye en nuestras vidas. En primer lugar, es preciso recordar que nuestros cuerpos están formados por compuestos químicos, y que las reacciones entre estos compuestos son el soporte de la vida. En segundo lugar, habría que recordar que, sin las aportaciones de la Química, de ninguna manera podrían vivir en la Tierra más de 6.000 millones de personas como lo hacemos ahora. Sin los fertilizantes, sería imposible producir alimentos para tantas personas. Sin los plaguicidas, las plagas de insectos acabarían con una buena parte de las cosechas actuales y transmitirían enfermedades. También los productos para potabilizar agua han salvado millones de vidas. Pero los compuestos químicos también son importantes para mejorar nuestro día a día. El ejemplo más evidente son los medicamentos pero deberíamos recordar también productos como los plásticos, el papel, las fibras textiles, los productos de higiene y limpieza, los aditivos que permiten conservar los alimentos, las pinturas, el vidrio y el cemento para construir, o los combustibles. Todos ellos son productos químicos, formados por compuestos naturales o sintéticos.
Por supuesto, no todo es positivo en la Química. Al mismo tiempo que los medicamentos, se han desarrollado productos tóxicos. La industria química es responsable, igual que otras industrias, de importantes casos de contaminación. En la actualidad, uno de los objetivos fundamentales de la Química, es precisamente, desarrollar procesos más limpios y contribuir a la reducción de los problemas medioambientales.
Parece que la Química tiene una cierta “mala prensa” que crea una cierta “mala imagen”. Para algunas personas y algunos medios de comunicación, la palabra “químico” equivale a producto “no natural” y, a priori, “peligroso”, y aparece asociada a problemas de contaminación y accidentes. Incluso se puede leer o escuchar a veces que lo natural y bueno es “lo que no lleva productos químicos”. Estos medios olvidan que “productos químicos” son tanto los que matan como los que curan (a veces son los mismos en diferente concentración), tanto los naturales como los sintéticos, y que nosotros mismos somos un conjunto de compuestos químicos. Olvidan también que la contaminación se genera por el consumo, más que por la Química, y que accidentes los hay en todos los sectores industriales. Y, por supuesto, esos medios olvidan mencionar las aportaciones de la Química para alargar y facilitar (e incluso permitir) la vida de miles de millones de personas. Por todo ello, esperamos que la mala prensa de la Química sea una moda pasajera que tiene relación con una falta de cultura científica.
Me gustaría terminar contando, por qué me gusta la Química y he terminado siendo profesora de Ciencias. Quizá por las experiencias vividas durante la adolescencia en mi instituto, los profesores que allí tuve, mis compañeros,…No sé, siempre he sido buena estudiante y el plan de estudios que me tocó vivir sugería a los alumnos con buen expediente que realizaran un bachillerato científico. Eso hice yo. Luego no tenía claro si estudiar las licenciaturas de Física o Química. Al final me decanté por la Química porque me apasiona el trabajo de laboratorio. Es verdad que durante mis años de instituto mis profesores no nos llevaban con frecuencia a realizar prácticas, pero las pocas veces que lo hicieron se me quedaron grabadas “a fuego”. Ahora yo estoy en el otro lado, he pasado de ser alumna a profesora y una cosa tengo clara: la Química es una ciencia eminentemente experimental y si no se trabaja en un laboratorio pierde todo el atractivo para los alumnos. Es fácil hacerla divertida con los tubos de ensayo, las pipetas, los reactivos… No se trata de dar una imagen de “magia química” porque también estaríamos engañando a los alumnos, sino de ir más allá del libro de texto y trasladar todo o casi todo lo que allí se explica al laboratorio para que lo toquen con sus manos y lo vean más cercano. Ese aprendizaje no se les olvidará por mucho tiempo que pase. Así me ocurrió a mí.
Mª José Rubio Yébana.
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