La tercera jornada ha comenzado con una de esas charlas que dejan huella. El profesor Luis Roberto Flores Castillo, físico de partículas y coordinador del profesorado de México, nos ha guiado a través del fascinante camino que llevó al descubrimiento del bosón de Higgs, una de las mayores hazañas científicas del siglo XXI.
Desde la dificultad de proponer y financiar un proyecto tan ambicioso como el LHC, hasta la necesidad de enseñar ciencia con una mirada amplia, cultural y humanista, la charla combinó física, historia y emoción.
Nos habló de cómo la Vía Láctea puede ser el punto de partida para inspirar vocaciones científicas, de cómo la complejidad de un paisaje refleja la riqueza de la materia y de cómo el Modelo Estándar resume esa complejidad con sorprendente elegancia... aunque no sin misterios aún por resolver, como la jerarquía de masas o la naturaleza misma del Higgs.
Usando analogías creativas, como la famosa "fiesta con celebridades", nos explicó qué es el campo de Higgs, cómo genera masa y cómo se hizo visible por fin aquel 4 de julio de 2012, entre anécdotas, datos y emoción contenida.
Una charla que fue mucho más que física: fue una invitación a enseñar ciencia sin miedo a lo complejo y sin renunciar a lo bello.
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